viernes, 23 de abril de 2010

Todos los caminos llevan a Roma

De entre todas las ciudades que he visitado me quedo sin duda con Roma. Con ninguna otra he tenido el filin que experimenté con ella. Con ninguna otra he pensado "yo viviría aquí", ni con París por ejemplo, o Bruselas, o Amsterdam, tampoco el tiempo que viví en Madrid deseé quedarme. Pero Roma es diferente.
Yo siempre he sido muy casera y me suelo mover con el "se está mejor en casa que en ningún sitio". Ahora puedo decir que he encontrado una segunda casa para vivir. Y toda ella es Roma.

Desde que me levanté y subí a la planta 11 del barco para poseer el buffet libre hasta que cogí el tren que nos llevaba desde Civitavecchia hasta Roma, estaba feliz. Hasta ahora todas las escalas que habíamos hecho en Mónaco (que no se pudo ver), Pisa y Florencia ya las había visitado, y aunque es obvio que es una delicia volver a verlas, el gusanillo de "la primera vez" tan genial lo experimenté al fin ese día.

En el tren, la mitad del viaje, tanto la Bicha como yo, íbamos bien despatarradas en los 4 asientos que ocupábamos cada una, e incluso nos echamos un pequeño sueñecito. La otra mitad del viaje nos tuvimos que achicar porque nos acercábamos a Roma y mucha gente tomaba el tren para llegar a la capital, así que compartí mis 3 sobrantes asientos con un moro que puso en su móvil una señorita cantando... cosas moras, y una señora mayor italiana con un señor más joven italiano que mantenían una conversación a una velocidad increíble, así que sólo entendía palabras sueltas como "mamma mia" "presto" o "tuti" además de algún nombre propio. Rezumaban cercanía. A la señora se la veía una abuelita muy bien vestida y muy cariñosa, él le tenía mucho respeto y era muy educado.

Llegamos a la parada "St. Pietro" y por si no se entendía lo suficientemente bien, la cúpula que se veía a leguas te lo aclaraba.
"OOOOOOOOOOOH" dijo todo el vagón, bueno, más bien nuestros chiquillos, que alucinaban con semejante aparición (y nosotras también :P)

Después de hacer pis, con las vejigas vacías, calentando los zapatos de andar y con la mochila a prueba de carteristas, ¡estaba lista para verlo todooo!
Nos despedimos del resto de la tropa y nos dirijimos hacia la Plaza de San Pedro: éramos 3 valientes, y mantuvimos esta formación durante todo el día: una amiga que a partir de ahora se llamará "La Mochila Bailona", yo, que soy yo y punto, y la Bicha, que cerraba la cola flasheando todo lo que podía con la cámara.

La formación normal y lógica hubiera sido cerrar yo la procesión, por eso de que soy más fuerte para ir escoltando, pero siempre acabábamos formando así por algún motivo, así que lo dejamos estar, aunque tuvo sus consecuencias :P

Cuando llegamos al centro de la Plaza no pudimos evitar chillar de la emoción, era alucinante, lo mirábamos todo, pero para La Mochila Bailona no era suficiente, no pudo reprimir sus instintos, y al igual que hizo por los pasillos del barco se lió a correr como una auténtica loca por toda la Plaza del Vaticano espantando todas las palomas vaticanas que se encontraba en su camino xDDD, vaya momento. Y entonces, entre las risas, me acordé de una personita que echaba de menos allí, que debería haber estado allí riéndose conmigo e intenté darle un toque, pero estaba en un país extranjero dentro de otro país extranjero xD así que no hubo manera.

Nos pusimos serias, sincronizamos los relojes y organizamos nuestro tiempo. Eran exactamente las 11 menos veinte de la mañana, teníamos hasta las 4 menos cuarto de la tarde para ver todo lo que pudiéramos ver, porque a las 4 y media salía el tren para devolvernos a Civitavecchia donde nos esperaba el barco y había que contar con encontrar la estación, el andén y demases cosas, así que después de orientarnos nos dirigimos hacia la cola del Museo Vaticano, destino: Capilla Sistina.

La cola, por aproximación, era de alrededor una hora y media de espera... un poco deprimente teniendo en cuenta el poquísimo tiempo con el que contábamos, así que pensé en irme al principio de la cola a contarles nuestra situación y esperar que fueran unos buenos capillitas que nos entendieran... pero no hizo falta, porque se nos acercó una muchacha de una compañía que nos ofertaba que por un aumento más en el precio nos colaba directamente... eso sonaba a mafia, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas (esto es de Aladdin), así que allá que nos fuimos a su oficina a por las entradas elegidas.

¡Ostras, qué suertudas nos creíamos! ¿sí? pues no, porque al intentar hacer el trámite por el ordenador parecía ser que el pase de las 11 estaba cerrado, aunque eran menos cinco..... vaya mierda, una hora perdida tontamente... hasta las 12 no había manera... espera espera, van a llamar... ¿no? ¿cerrado? ¿¿¿e pero como e possiiiible??? ¡¡¡¡el pase no se cherra sta l'hora en puuuuunto!!!! pues nada... Las 3 formábamos la perfecta personificación de "El Grito".
Pero entonces llegó el jefe, que lo llamaremos Felichiano, porque nos trajo la felicidad con su presencia y con su móvil, una llamada y listo, ¡¡¡síiiiiiiiiiiiiii!!! ¡estamos dentro!

Sacó su papel del mal y con él nos acompañó todo el trayecto. Nos habrían los cordones rojos allá por donde pasábamos, nos sentíamos las pantojitas, siempre detrás de nuestro Felichiano y del papel poderoso. ¡Estábamos pletóricas! ¡lalalá! hasta un segurata se enamoró de mí de la alegría que desprendíamos xD pero La Mochila Bailona le aclaró que ya estaba ocupada, "Ma io sonno pachiente" xDDDD pos espera espera.


(Tras los pasos de Felichiano y el papel elegidoooo)


Felichiano entregó el papel en taquilla y nos hizo un movimiento de cabeza como diciendo, ale paentro todas, y aquí comenzó el día que más corrí en toda mi vida, empezando con la etapa "Haciendo footing por el Museo Vaticano".

He aquí cuando comenzó la leyenda de "La Mochila Bailona".

Era como una visión de tubo. La mochila de La Mochila Bailona no hacía más que moverse de un lado a otro repartiendo ostias a diestra y siniestra. Parecía que era una prolongación de su cuerpo que lograba abrirse paso a trompicones. Yo nada más que seguía aquella mochila que me abría el camino correcto por donde debía avanzar mientras corría entre esa muchedumbre. De vez en cuando la mochila de La Mochila Bailona nos daba una tregua y se paraba a descansar, mientras tanto, podía observar con más detenimiento las salas por las que pasábamos, hasta que llegaba el momento en que la mochila decidía que era hora de volver a la carga y seguíamos corriendo por aquellos pasillos interminables abriéndonos paso tras nuestra líder, la mochila.
Así íbamos viendo el Laoconte y sus hijos, la Alegoría del río Nilo, el Doríforo, la sala de los tapices, la sala de cartografía... una sala tras otra, maravillándonos de lo que veíamos pero sin tiempo para recrearnos.

Hubo un momento en el que tuvimos una baja. La Bicha recibió un codazo destinado a la mochila pegadora, que, como daba su ostia y desaparecía y yo la seguía muy obediente, la única que se encontraba más retrasada era la Bicha que intentaba buenamente hacer fotillos decentes, así que cuando la mochila hizo otro descanso llegó dolorida, "me han dado un codazo" "¡ostras! Bicha, ¿¿te han hecho daño??" "Síiiii T_T" Me dió penita, pero no había tiempo para mucho más "mmmmmm....... sé fuerte" me salió, y seguimos corriendo, para, finalmente, llegar a la Capilla Sistina: hiperventiladas, sudando, y reventadas de hora y media de carrera sorteando personas, pero mereció la pena.
No puedo describir lo que vi porque no me creo capaz.


Salimos pletóricas, con la sensación de ser unas privilegiadas, de haber visto algo muy especial sin ser aún conscientes de ello y de haber cumplido un objetivo importante y encima ¡en menos tiempo del previsto! Volvimos a San Pedro para buscar la boca del metro, aunque ya que estábamos descansamos y recuperamos energías. Pero antes de llegar hizo su aparición "el chiquillo" y es que como íbamos a tos laos corriendo, a La Mochila Bailona se le cayó el chaquetón al suelo, yo que iba detrás lo pisé sin querer y de repente la Bicha empezó a gritar "¡¡¡¡¡¡el chiquillo!!!!!! ¡¡¡¡¡¡el chiquillo!!!!!!" creyéndose que habíamos arrollado a un niño vagabundo sentado en la calle y lo estábamos vapuleando en nuestra carrera... -.- sin gafas es una Rompetechos.


(una tregua, por Dios y por San Pedro)

Volvimos a marcar nuestro siguiente objetivo, esta vez: Fontana Di Trevi. Aunque nos dijeron que no había metro directo para la Fontana, allí estaba, una parada que se llamaba
Fontana Trevi, así que tomamos contacto con el metro de Roma, que para ser relativamente nuevo ya tiene peores pintas que el de París.
Por algún extraño motivo el billete de La Mochila Bailona no lo reconocía la máquina y se lo escupía descaradamente "¿véis como me pasa todo a míiii?", así que a partir de este momento imaginaos cada vez que cogíamos el metro a esta sujeta colándose detrás de un indefenso roman@ y el consecuente espectáculo que montaba (la primera vez se coló delante de la poli, pero se ve que estaban ocupados hablando). Dentro del vagón ya, un moro se había enamorao de La Mochila Bailona y no dejaba de mirarla; ella se escondía detrás de mí, pero con
tanta gente apretada una tiene poca maniobra de movimiento, por lo que tuvo que aguantar el tipo hasta que llegamos.

Del disgusto con el moro parece que La Mochila Bailona quiso recuperarse viendo escaparates... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡no se puede!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡hay prisa!!!!!!!! - pero mira que mono, ooooooh qué camisa, y mira la falda... - no hay tiempo, ¡¡¡¡¡¡¡prisa prisa!!!!!
Nos agradó mucho el paseito por unas callecitas estrechitas llenas de flores, de mesas con manteles blancos y de vendedores de recuerdos.


Terminando una de esas callecitas empezamos a escuchar agua, y allí estaba, como encajada en una pequeña placita rodeada de edificios por los cuatro costados. Qué cosa más increíble, lo digo y lo redigo: me impresionó más que la Capilla Sistina. Qué maravilla de verdad, hay que verla antes de irse una al otro barrio, es magnífica, y ni imaginar cómo debía de verse de noche iluminada...

Yo tiré mi monedita, la Bicha la suya, siempre de espaldas, y La Mochila Bailona a falta de una tiró 3 y aún así no acertaba a elegir qué deseos le corrían más prisa xD qué mujer ésta.

De vuelta en el metro corrimos como mulas cuando escuchamos llegar uno, pero con las prisas no atinamos a meternos por una de las dos puertas que nos llevaba a él, "¿¿¿por dónde eeeeeeeeeeeees???" grité, y un cubano de 2 metros que hacía de segurata nos condujo con ambas manos como si fuera a aparcar aviones "¡¡ambooos sirvenn, son iguaaaaaaleee!!" xDD Dentro ya, me seguí descojonando yo sola un ratito más con la tele del vagón, porque tenían puesto
en replay el vídeo del gato sorprendio del El Rellano xDDDD así que yo le hacía la musiquita chaaa cha chaaaaaaan. Nos encontrábamos gente simpática en el metro que se reía con nosotras, de nuestros comentarios y nuestro alboroto, así daba gusto.

Cuando salíamos del metro yo fui la primera en cruzar la puerta, porque la Bicha y La Mochila Bailona estaban escoñadas y pretendían salir por la entrada, así que pude presumir de ventaja para ver todo el Coliseo enterito para mí sola.

¡¡Maximus maximus!! tenía que decirlo xD era lo suyo en aquel momento. Me lo imaginé perfectamente reconstruido y era de una espectacularidad increíble. Esta ciudad es experta en hacerte sentir pequeñita y maravillada. Me acordé de aquel momento en Gladiator cuando llegan a Roma y Yuba le dice a Máximo enfrente del Coliseo "¿Habías visto algo parecido? No sabía que el hombre pudiera hacer algo así".

Después de que La Mochila Bailona se indignara en la taquilla porque era estudiante pero no menor de 25 años, nos dimos el gustazo de subir el Coliseo en ascensor mientras nuestras piernas nos debían una. Tras dar una vuelta y volver a experimentar el terror infantil que sufro de perderme en una ciudad extranjera, encontramos unas escaleritas donde nos permitimos comer algo. Me pareció un lujazo almorzar en el Coliseo: un sanwi seco del desayuno, un mini mini bocadillo mixto, un poquito de agua, y un plátano demasiado maduro, pero ya le cogéis el punto al asunto.

De vuelta en la calle dimos un voltio por el Foro y entonces nos llegó el momento de bajón, nuestros cuerpos estaban en las últimas y las rodillas me pedían una tregua, pero sabíamos que lo peor que podíamos hacer era parar, así que recordando el consejo del profe de Educación Física empezamos a andar jugando con la caderas ¡y vaya si funciona! tanto nos emocionamos con el meneito en plan carrera de marcha que no nos dimos cuenta que acabábamos de pasearnos por
la Vía Sacra xD.


(Me encantó esta zona de Roma, los árboles lo que más xD)


¿Era posible que tuviéramos tiempo libre? pues aquí no se desperdicia nada, ¿qué más podemos ver? el Circo Massimo está a una parada de metro, pos ala, al suburbano, niña, prepárate para colarte de nuevo xD

El Circo estaba muy mal conservado, aunque era un sitio fenomenal para organizar un picnic. Nos tomamos exactamente un minuto y decidimos que con el poco tiempo que nos quedaba mejor volvíamos a la zona del Coliseo que era donde más tiendas de chuvinís habíamos visto. Tanto nos relajamos viendo regalitos que de repente no teníamos tiempo. En un momento fueron las cuatro menos cuarto y a y media salía el tren, así que me vi pasando noche en Roma, que no está nada mal, pero tenía mi cepillo de dientes en el barco xD por lo que corté educadamente a La Mochila Bailona en su conversación sobre el río Tajo con un dependiente y nos liamos a correr.

Aquí comenzó el momento de más tensión y más carreras de todo el día ¿es posible eso? sí hijos míos sí. Yo veía que se nos iba la hora. Habíamos quedado a menos cuarto-menos diez con el resto del grupo en el andén de la estación que por lo visto estaba a la derecha de la conchinchina, así que ya íbamos tarde, más bien tardísimo. Resultó que no sólo La Mochila Bailona tuvo que colarse en el metro conmigo, sino que la Bicha viendo que se quedaba en tierra al llegar un nuevo tren, prefirió delinquir antes que quedarse atrás solita xD me hizo muchísima gracia ver pelearse con la puerta a una personita tan pulcra y tan legal como ella xD "antes muerta", pensaría xDD
.
Y no acabó ahí la cosa, porque yo, que esta vez iba la primera, llevaba un ritmo fuerte, así que las dos maris se quedaron atrás y de repente volví a escuchar "¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡el chiquiiiiiiiiiiiiiiiiiiillo!!!!!!!!!!!" De nuevo se cayó el chaquetón al suelo y la Bicha no tuvo otra forma de cogerlo que presignándose. Me la vi con una rodilla hincá en el escalón, con los brazos en cruz sosteniendo con una mano "el chiquillo", con la otra la cámara de fotos y con cara de "ay, duele".

Seguimos corriendo, primero yo, que soy el burro, seguida por La Mochila Bailona que no podía más con su alma, y cerrando la Bicha, con un cardenal en el costado del codazo y una rodilla colgando, por ese pasillo larguíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo buscando el andén 25, que al final no fue el 25 sino el 28 y no sabíamos por qué salió a y 10 en vez de a y media. Lo cogimos de pura chorra, y del resto del grupo ni rastro, se quedaron en tierra.

El tren salió y ya nos preocupamos más tarde por ellos, de momento en el tren era momento de descansar, echar unas risas y empezar el recordatorio de todo el día, disfrutando de esos árboles romanos del paisaje que tanto me habían gustado. Cuando llegamos al barco al fin, fuimos derechas al buffeeeeeeeet!! Pizza y empanada pa merendar *v* no está mal. Nos relajamos mirando el mar y al ratito llegaron los miembros del otro grupo, que comenzaron a contarnos su particular aventura paralela en Roma...

¿Qué? ¿Que había trenes cada media hora..............? o.o



(Volveré. Dibujo base de Zapatillas Rusas)

6 comentarios:

  1. Excusi, questo di pesto? questo di testo queso di pesta, di pesto testo

    Vaya nombre para tus congéneres jajajaja Ha debido de ser frenético ver tanto patrimonio de la humanidad en tan poco tiempo con la ansiedad de querer ver todo lo posible y más.

    Parece que ha sido un viaje divertido, y por como lo cuentas casi lo he vivido imaginándome las situaciones en el museo, el vagón de tren con el moro y tu histriónica risa haciendose eco por toda Roma. A veces me lo he imaginado como un Pekín express a la italiana.

    Por cierto la caricatura que has hecho de Roma me encanta, estas desarrollando un estilo muy personal, me gusta.

    Por cierto que tal la cosa nostra por allí, como van los negocios de Giancarlo y Luigi? e Mario, cual cosa habei hechi con il fontanero?! porca miseria

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  2. que bonita es roma U_U y me ha gustado lo que has escrito y me ha entrado nostalgia xDDDDD
    el dibujo tuyo es to hercules!*_*

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  3. me ha gustado mucho el relato, a estado gracioso muje. Tubo que ser agobiante todo el carreron. Algun dia iremos en visicleta a roma

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  4. Es cierto q no se guardó el comentario mujé, te lo transcribo de nuevo :)
    "Me ha encantado el relato, cómo me hubiera gustado estar allí contigo!"

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  5. Dioooos!! que estress!! me recuerda a el anuncio de micralax! xDDD que esta un grupo d egente de viaje por grecia creo y tienen muy poco tiempo pa ver las cosas y van de un lapo pa otro corriendo y la tia cuando termian y llega al hotel se pone un micralax pa cagar bien xDDDDDD,pero bueno veo que ha merecido la pena *-*, tiene que ser imporesionante , algún día ire yo y lo flipare igualmente..., me gusta el relato , muy personaje la mochila bailona xDDD

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  6. una ciudad milenaria, la ciudad del mileniarismo, yo algun dia ire x alli.

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