Aaaaaaaaaaaaaaaay

...Qué malita estoy... y encima tengo que estudiar...

Bueno, al menos mi cuerpo está reclutando nuevos equipos actimeles y parece que aunque siga con fiebre me siento mejor. Es una bazofia tener un cuerpo débil.

Ya no sé si es alergia, sinusitis, una mezcla de ambas, o estoy criando un alien y un día de éstos le voy a dar una sorpresa a mis padres... La cuestión es que mi cuerpo no funciona como debería y los médicos que se han paseado delante de mis napias han sido más bien un chiste malo ¡y señor, exijo una satisfacción!

Porque antes era más guay estar hecha una braga... cuando una no tenía responsabilidades ni quehaceres, entonces era chachi estar malita:

En el cole, mi madre me traía un regalito al venir del trabajo y me dejaba dormir en la cama grande de matrimonio; mi padre me ponía los pañitos fresquitos en la frente mientras estaba acostadita la mar de agusto, además era un especialista extraordinario en poner supositorios sin que te enteraras; y aunque peque de mema, me encantaba cuando venía mi hermana en el almuerzo con la tarea xD, es que realmente era lo más emocionante que te pasaba durante todo el día.

En el insti se hizo la cosa más interesante: ya te quedas sola, así que te cuidas tú misma, aunque sientes ese abandono infantil de "puuu, quiero un mimitooo...", pero estaba bien la cosa. Te pasabas el día roncando y echando babas; te subían la comida a tu cuarto mientras veías una peli, y a pesar de estar hecha una cagada te pasas el Metal Gear 3 en 4 días, con 2 ovarios.

En la uni la cosa pierde su encanto: estás mala, es decir, mu mal, y encima tienes que terminar 248.001 trabajos de los que sabes que sin los apuntes de clase no tienes nada que hacer. Además faltar a clase por estar malita tiene la misma consideración que faltar por ir a una cata, por estar trabajando, por ir a un concierto, o porque ese día en concreto decides darte un homenaje y sencillamente no vas porque no te sale de ahí, así que ni los profesores tienen tanta consideración para con tu convalecencia, ni tus compañeros echan tanto de menos tu ausencia como en el cole, que parecía que la clase no era clase hasta que Luisito no volvía de su resfriao y estábamos todos juntos de nuevo.

Pues la cosa se pone extraordinariamente interesante cuando caes derrotada ante una horda de víruses teniendo que afrontar unas oposiciones en menos de un mes. Es el típico caso de "tengo que... ah... no pueeeedo..." Quieres estar al 1000 por 1000 pero tu cuerpo te dice "¿a dónde vas cachonda?, tú a dormir"

En fin... al menos dibujar puedo y me alivia, así que espero no dejar esto muy abandonado...

Cuidaros almas de cántaro. Yo aguantaré.